No puedo
vivir sin música. No me importa mucho si
otros piensan que me visto de manera excéntrica o poco práctica, o como una
niña que le gustan las princesas. Me
importa más si todos piensan que soy amable, pero trato de no preocuparme de
esto, porque sé que
nunca se puede complacer a todos. Tengo el pelo moreno y muchas
pecas, especialmente en el verano.
Muchos desconocidos me dicen que les gusta mi pelo corto. Soy muy íntima con mis hermanas, una mayor y
una menor, y con mis amigos, también. Me
gustan los secretos, y reír, cantar y bailar.
Ahora, un
cuento pequeñito que pienso explicar un poco sobre mi: en mi primer año de la
universidad (asisto a Cornell, y será el tercer año este otoño) tenía una amiga
se llama Kiran. Nos conocimos por otros
amigos y nos llevábamos bien, pero nunca fuimos mejores amigas. Una noche, cuando hacía unas semanas que
habíamos sido amigas, fuimos a una fiesta con otros amigos. Después de algún tiempo, todos en nuestro
grupo decidieron salir para otra fiesta.
Cuando estábamos caminando, me di cuento de que Kiran no estaba con nosotros, y
regresé a la casa para buscarla.
Encontré ella flirteando con un chico y ella se veía enojada de que yo
hubiera interrumpido. Le pregunté a
Kiran si quería quedarse allí y si podría llegar a su habitación sin peligro. Kiran me dijo, “si.” Fui a la otra fiesta.
Otra
noche, estábamos en la casa de una fraternidad y fui arriba con un chico. Todo estaba bien, pero no quería quedarme con
él y no quería caminar a mi habitación sola en la mitad de la noche. Por eso, a las tres, les mandé un texto a mis
amigas en el primer piso – solamente Kiran y otra chica – y les pregunté si querían
salir. Kiran no respondió por quince
minutos o más, y la otra chica ya había salido.
Cuando Kiran respondió por fin, dijo que ya había salido también, sin
pedirme perdón o expresar preocupación.
Le pedí caminar conmigo al chico, aunque él vivía en la casa, y mi dormitorio
no estaba cerca. Pero llegué a mi cuarto
con seguridad.
No comments:
Post a Comment